sábado, 20 de marzo de 2010

TIRAÑA , SIN CURA

Río, pesca, iglesia, Casa de Jenaro, El Cueto
y, detras del horizonte, La Arbeya
La leyenda -además de la historia-- de Tiraña refiere del señor del Coto que, contrariado porque el sacerdote no le esperó para decir misa, le asaetó y dejó muerto ante al altar. Y decía que, a pesar del tiempo transcurrido, las piedras todavía mentenían manchas de sangre...

La leyenda cuenta cosas, pero la Iglesia cuenta ganancias. Así, el valle de Tiraña, que siempre tuvo sacerdote, que cobraba diezmos y primicias, alcabalas y responsos, en cuanto vio que el valle se iba despoblando, sacó los trastos de la parroquia y se fue con viento fresco. Seguramente que se habrá dicho que si no hay feligreses ¡qué demonios va a hacer allí? Esto es que Tiraña, desde finales de la década del 60, no tiene cura.

Y la Iglesia, sabia como dicen que es, vendió lo que un día el pueblo le otorgó por gracia divina de esperar que el cielo fuese con el valle agradecido. O sea, que la Iglesia tenía la mejor mansión del lugar, la mejor tierra del valle, y la mejor ubicación de lo conocido; pero la Iglesia lo vendió, o el obispado, o vaya usted a saber. El obispado, para eso es el obispado, tenía sus documenmtes --¿quién se los iba a negar?-- de propiedad. ¿Desde cuándo? Desde que obtuvo por obra y gracia del espiritu solidario de la vencindad la mansión y las tierras que los vecinos se encargaban de trabajar y de procurar que rindieran buenas cosechas para el prebistero.
Vista de San Pedro de Tiraña,
en 1960.Hoy está casi vacía.

Pero como Tiraña no tienen cura, la Iglesia, o el obispado, vendió su propiedad en el valle. Ahora están reparando la casona, que la finca rural ha sido vendida a dos o tres particulares. esto es, la Iglesia -o el obispado, antes que el tiempo, que es el demonio que acaba con las cosas, desmoronase la vieja e histórica casa del cura, prefirió venderla.30 o 40 millones de pesetas, dan para un arreglo.

Tiraña, que tuvo celebrados, perseguidos
y perseguidores sacerdotes,cada día va cayendo un poco más hacia el pozo de la nada. Esto por no decir que,entre gente de decencia y gente de honra, hubo gente de la peor calaña.Caciques de tres al cuarto, chiribís delatores en tiempos posteriores a la guerra civil; zoquetes de pan llevar... de lo que ya no va quedando mucho, aunque queda algún que otro residuo, de lo que no merece la pena hablar.