domingo, 21 de junio de 2009

DEL AUGE AL DECLIVE

Sobre el horizonte, La ´rbeya, sin vista.Las viviendas
del fondo, son El Cuetu y a la izqueida, también sin vista,
se encontraba un cementerio, posiblemente de la época
de los Álvarez de las Asturias...
Ciertamente, los pueblos, como las gentes, nacen, viven y mueren. Y Tiraña, aunque no haya muerto, sufre un declive acusado. Está en estado letárgico acusado.No obstante, no siempre fue así. Tuvo tiempos mejores. Al menos en cuanto a población y a ilusión de vivir, de ser --que lo fue--voz y fuerza en el municipio de Laviana, al que pertenece desde 1827, que fue, como quien dice, el otro día, cuando el coto de Tiraña pasó a conformar el actual concejo lavianés junto con Villoria y Entralgo, al decir del autor de "Topografía Médica de Laviana" José Mª Jove Canella, que refiere estos tres cotos; Tiraña de los Álvarez de las Asturias y,Villoria y Entralgo, de los Bernaldo de Quirós; detalle que referimos porque hubo quien dijo que Entralgo no había sido coto de nadie.

No es que el auge vivido en Tiraña le haya encumbrado a metas de bienestar y desarrollo, ni mucho menos. Al auge a que nos referimos es al número de habitantes, a la población que llenaba sus pueblos, situados a derecha e izquierda del valle,donde al fondo corre el río que desciende de Peña Mayor y alcanza al Nalón en Barredos; no a otra cosa. Y esos poblados hoy están deshabitados casi en total y absoluta visión. Y sin esperanza de revivir de ninguna manera.
Para que estos poblados del valle recuperasen su vigor humano, tendrían que venir muy malos tiempos, lo cual tampoco sería nada bueno: porque entre otras cosas, Tiraña no tendría otro medio de vida que el propio territorio, que, al decir de los que parecen saberlo todo, ni es optimo para ganado ni para una explotación racional agraria.
Así que el futuro no se conoce muy bien dónde puede encontrarse.

Con todo, no es esa la parte que aquí nos concierne a la hora de hablar de Tiraña, como Historia y Leyenda. La historia, que nunca ha sido contada, al menos aquí, con pelos y señales y la leyenda que, aprovechándola tantos, la han variado de cauce más de cuatro veces. Y, de los que habitaron el valle-- título que hemos elegido para un próximo libro nuestro--ya no queda quién refiera tantas peculiaridades y tantas motivaciones dignas de reflejar, como las de Antonio de La Casorra, pues ya no hay quien diga nada de lo de ayer y ni siquiera de lo de ahora.
No obstante a ello, algo habrá que ir pergeñando para que Tiraña,Historia y Leyenda sea un motivo digno del lugar. En ello estamos.

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